sábado, 10 de mayo de 2014

La escuela de la vida no se equivoca.







La escuela de la vida no se equivoca.
Por Leonardo Díaz
Astrólogo Metafísico

La vida terrenal es una escuela en la que nuestras Almas se encuentran evolucionando. Nadie puede saltar lecciones de vida. Cada lección es alimento para el Alma, la cual se expande en evolución infinita hacia el Espíritu.

Cada Alma encarnada requiere de lecciones muy especiales, propias de su camino de evolución. Es por ello que debemos respetar los procesos de aprendizaje que viven otras personas. Podemos ayudar, apoyar, cooperar, pero nunca evitar que las lecciones sean aprendidas mediante experiencia que solo esa Alma debe experimentar. Igual que en el colegio, nuestros padres pueden apoyarnos en la realización de las tareas que nos asigna el maestro, pero nunca hacer las tareas por nosotros. Si nuestros padres u otras personas hacen nuestras tareas, la lección volverá una y otra vez.

A la hora de los exámenes tampoco será posible llevar una chuleta para copiarnos o soplen las respuestas. En la escuela de la vida no es posible engañar al Maestro. Las lecciones son una necesidad nacida de la Ley Universal de Evolución Espiritual de las Almas.

Todos, sin excepción, nos encontramos evolucionando en esta Escuela Planetaria. Nadie es capaz de conocer la lección de otra Alma, el camino es único y especial para cada Alma. Millonarios, famosos, poderosos, incluso eruditos, sabios y muchas personas cuyas vidas consideramos maravillosas, se encuentran aprendiendo lecciones muy fuertes.

Pobres y ricos, todos estamos aquí en este plano para aprender y evolucionar a través de lecciones de vida. Puedes ser un ferviente creyente religioso y cumplir con todos tus dogmas de fe, pero igual que a todos, las lecciones se presentarán en tu camino. Nadie puede escapar de esta Escuela Planetaria de Evolución Espiritual, solo podremos graduarnos al final del camino. 

Detenernos en lamentaciones no es la actitud correcta. Aprender puede resultar doloroso cuando nos resistimos. El Maestro sabe cuál es la lección necesaria. Nuestro ego fabrica muchos espejismos sobre nosotros mismos y es muy difícil comprender que; ese conflicto, ese problema que tenemos con alguna persona o situación que aparecen en el escenario de nuestras vidas es en realidad una lección obligada. 

Rezamos, oramos y le pedimos a Dios que nos libere de tal situación, que nos aleje de tal persona, sin darnos cuenta de que esta situación o persona la ha colocado la vida en nuestro camino para enseñarnos. Esto no es indicativo de que aquellos que aparecen como enemigos malvados en los eventos de nuestros destinos sean mejores o peores personas que nosotros. Más que amigos o enemigos, «los seres humanos somos maestros los unos de los otros».

Al igual que en el colegio, la mejor forma de hacer que la lección termine es atender y aprender lo que hay que aprender. La metafísica enseña que cuando estamos en presencia de una situación difícil lo correcto es meditar unos minutos, pedir a nuestra Alma que nos indique lo que debemos aprender de esto que está ocurriendo. Este ejercicio lo hacemos durante días con una actitud de apertura. Cuando descubramos que es lo que debemos aprender y lo aceptemos todo cambiará. La escuela de la vida no se equivoca, ella está dirigida por la Inteligencia Universal. Si aprendemos la lección termina, es una Ley Divina.